Un dia como cualquiera, un dia normal. Hasta que llegue a casa, en donde me aguardaba una carta con varios sellos postales sobre la mesa del comedor.
La abri impaciente, mis manos temblaban. Y la mejor/peor noticia que podria haber recibido me aguardaba entre esas lineas:
Roger Pertossi estaba de vuelta en el pais...
Que Dios se apiade de nuestras almas.
jueves, 13 de mayo de 2010
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